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Descripción conceptual:

Es desesperante poner a nuestras hijas el casco de la protección del conocimiento, de la vida en igualdad y salir ahí a llevarse el golpe de la realidad machista instaurada en la sociedad. ¿Sé protegerme? La respuesta tiene pinta de un rotundo no.

En pleno siglo XXI, ¿podemos llegar a creer, que en alguna etapa de la historia de la Humanidad se podrá erradicar un mal endémico como el machismo estructural?

Hoy en día es impensable. No hay verdadera voluntad, entre otras cosas porque a la mitad de la población mundial, le viene bien. Y a pesar de que en sociedades verdaderamente avanzadas pudiera lograrse, siempre está presente la lacra de la religión, donde este funcionamiento clasista es ley, y la religión en sí parece no tener sentido sin esta fórmula.  ¿Está protegida la mujer que se cubre?, ¿la que se viste con un burka?, ¿la que depende de un marido impuesto para poder sobrevivir?, ¿la que se vende como mercancía esclava?, ¿la que soporta sobre su piel las consecuencias de la sinrazón machista, de la avaricia aplicada sobre seres humanos?.

Esta pieza refleja un fallo en la sociabilidad digital. La conexión deficiente en pantalla, sólo muestra parte de la fotografía, donde la última fila de píxeles se repite formando rayas infinitas y transporta el concepto de la obra... ¡Es una rayada!

El proceso pictórico exige una especie de alquimia fotográfica para simular la función del entorno, una vetusta sociedad del mouse, que viste de normalidad lo que ocurre. El diálogo verbal está roto para esta cariátide contemporánea, sólo el rostro permite un intercambio cognitivo donde reivindicar el miedo y la búsqueda de escape en la supuesta protección del casco.